La primera aparición de una criptomoneda se remonta a 2009, cuando surgió Bitcoin en el panorama internacional, siendo hoy en día quizás la moneda virtual más conocida.
Desde su aparición en el sector financiero, las criptomonedas han vivido momentos de gran popularidad, seguidos de periodos de profunda incertidumbre, pero siempre con una constante: representar la alternativa segura al dinero tradicional. El propósito para el que nacieron es esencialmente escapar del control de los bancos centrales, apoyándose en cambio en tecnologías como la llamada cadena de bloques, en la que todas las partes interesadas están en pie de igualdad. Desde la emisión hasta las transacciones, todo sucede simplemente en línea, de manera colectiva; un aspecto que también hace más difícil sufrir ciberataques de cualquier tipo.
La primera aparición de una criptomoneda se remonta a 2009, cuando surgió Bitcoin en el panorama internacional, siendo hoy en día quizás la moneda virtual más conocida. A lo largo de los años, su valor ha ido cambiando progresivamente, llegando hasta los 69 dólares en 2021, cuando la Tesla de Elon Musk la compró por mil millones y medio de dólares. No tardaron en aparecer otras criptomonedas en escena, que con el tiempo se volvieron altamente competitivas y, en algunos casos, preferibles a Bitcoin: pensemos por ejemplo en Ethereum o Cardano.
Pero, ¿para qué sirven exactamente estas monedas virtuales? De hecho, los usos son múltiples y se extienden a diferentes áreas de interés. Hay, por ejemplo, tiendas online que te permiten usarlas para realizar compras -el primer pago de Bitcoin se hizo para comprar dos pizzas- o páginas de internet que te permiten convertirlas en tarjetas regalo. Pero también las agencias de viajes y algunas aerolíneas te permiten usar Ethereum y Litecoin para hacer reservas. En los Estados Unidos, incluso es posible usar Bitcoin para comprar licencias de Windows y Office.
Otro de los sectores implicados en el uso de las criptomonedas es el del juego, tanto que incluso se ha acuñado el término “crypto gaming”. Hablamos de la posibilidad que algunas plataformas de póquer online o de apuestas deportivas ofrecen a sus usuarios, directa o indirectamente, utilizar Neteller y Ethereum, por ejemplo, en lugar de la moneda tradicional. Probablemente sea una de las áreas de aplicación más conocidas y utilizadas por los usuarios, como si fuera una fusión casi natural y casi automática; solo necesitas tener una billetera segura, un dispositivo con el que jugar y registrarte en el sitio que prefieras.
Pero el sector que quizás atrae una mayor implicación por parte de los interesados en temas financieros es, sin duda, el de las inversiones. Más que por una utilidad práctica efectiva, de hecho, las criptomonedas se ven en particular como una posibilidad de aumentar el tesoro personal a través de los ingresos y el valor que estas monedas virtuales adquieren con el tiempo. Aquellos que lograron comprar Bitcoins durante su apogeo, por ejemplo, luego los revendieron a un precio exorbitante. ¿Podemos decir, por tanto, que el verdadero propósito de quienes compran e invierten en criptomonedas es convertirlas en dinero real? Probablemente no estaríamos equivocados al declarar que este es el uso más rentable.
Como toda operación de trading, naturalmente presenta su riesgo, pero estamos hablando de un mercado que aún ofrece varias oportunidades, dadas sobre todo por su naturaleza fluida y cambiante. Ahora hay decenas de plataformas en las que es posible invertir en seguridad gracias al apoyo de corredores expertos, o utilizando el método de intercambio, es decir, el de comprar y vender, que sin embargo requiere conocimientos y habilidades bastante elevados. En resumen, las formas en que se explotan las criptomonedas hoy en día son realmente innumerables; nunca reemplazarán al dinero real, pero sin embargo representan una alternativa en muchos sectores y podrían cambiar el futuro de las transacciones en línea, al igual que ya han contribuido en gran medida a dar nueva vida a los mercados financieros y las inversiones. Ya sea comprando bienes y servicios, jugando juegos o tratando de aumentar sus ahorros, ya han conquistado un papel importante en el panorama monetario y, con toda probabilidad, cada vez más personas en el futuro se acercarán a esta tecnología y esta forma alternativa de pago. realizar transacciones o invertir capital.
